lunes, 31 de mayo de 2010

La justicia, otra víctima

España está dividida. Todavía el pueblo de la península ibérica sigue su transición de la dictadura franquista a la democracia. Todavía hay partidos de extrema derecha como Fuerza Nueva o Falange que defienden los crímenes de un gobierno que practicó el terrorismo de Estado y reciben el apoyo de millones de españoles. Sí, todavía.
Esa breve descripción de la actualidad española podría pertenecer tranquilamente a gran parte de la idiosincrasia argentina, pero no. Estamos hablando del primer mundo, de ese lugar al que a veces miramos utópicamente y que hoy sigue sangrando por la herida. A 35 años de la muerte del dictador Francisco Franco, crímenes de lesa humanidad durante su gobierno se esconden detrás de la turbia Ley de Amnistía de 1977 y no pueden ser juzgados debidamente porque a diferencia del poder ejecutivo y judicial argentino, los jueces españoles prefieren no curar las heridas y mirar hacia delante como si nada hubiese sucedido.

Cuando la impunidad es más fuerte

El pasado 14 de mayo el Consejo General del Poder Judicial de España (CGPJ) decidió unánimemente en Pleno extraordinario la suspensión del juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón tras haberse abierto juicio oral contra él en el Tribunal Supremo por una presunta prevaricación que podría haber cometido al investigar las desapariciones del franquismo
Desde septiembre de 2008 Garzón recopiló información del Gobierno, la Conferencia Episcopal y varios ayuntamientos con el fin de elaborar un censo de fusilados, desaparecidos y enterrados en fosas comunes a partir de la victoria franquista en la Guerra Civil Española. El 16 de octubre del 2008, Garzón emitió el primer auto declarándose competente y justificando su intención de investigar las desapariciones registradas durante la Guerra Civil y los primeros años de la dictadura de Francisco Franco, e instruyó la apertura de 19 fosas comunes diseminadas en todo el país, entre ellas en la que se supone se encuentra enterrado el poeta Federico García Lorca.










El mismo día en que Garzón fue suspendido de su cargo miles de personas salieron a la calle a protestar contra su destitución y se corearon frases como: “Ustedes, fascistas, son los terroristas” y “Garzón, amigo, el pueblo está contigo”, que hicieron que la justicia se sintiera menos sola.






Cuenta Pendiente recomienda a modo de censo inverosímil leer los comentarios de usuarios de algunas publicaciones de medios digitales españoles (El mundo) en las que se ve un fuerte apoyo a favor de la suspensión del juez, como también ingresar a: http://www.congarzon.com/, donde se puede apoyar con un click a Baltasar Garzón.