lunes, 7 de junio de 2010

Los anuncios que sólo fueron promesas en la víspera del Bicentenario

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner anunciaba en 2008, el promocionado Acuerdo del Bicentenario. Éste había nacido como la gran apuesta para llegar a un 2010 con un acuerdo político y social a largo plazo. Pero apenas lanzado, quedó trunco a los pocos meses en medio del conflicto con el campo.
La Mesa de Enlace, que de dialoguista tuvo y tiene poco, no quiso participar de la mesa de negociaciones que se conformó entre los demás sectores productivos del país. Los integrantes de las entidades rurales se negaron a firmar el documento y los demás empresarios se sumaron a la negativa, tras intentar y no lograr convencer a los agrarios.
El secretario de Legal y Técnica , Carlos Zannini, junto con el ministro de Planificación, Julio De Vido, eran los redactores de aquel borrador que quedó archivado allá por mayo de 2008.

Periodista explica el Acuerdo del Bicentenario.



Al año siguiente, buscando el objetivo de un consenso generalizado, la Presidenta convocó en el acto patrio del 9 de julio en Tucumán a crear un Consejo Económico y Social. Habían pasado las elecciones legislativas en las que Néstor Kirchner fue derrotado en la provincia de Buenos Aires y, para retomar la iniciativa política, la Jefa de Estado presentó esa idea.
Pero no alcanzó a realizarse más que una cena, en la Casa Rosada, tiempo después, en que la estuvieron presentes los empresarios y los sindicatos. Todo volvió a punto muerto, y el consejo jamás funcionó.

En el medio, otra promesa de cara al Bicentenario que lanzó el gobierno nacional había sido la convocatoria al diálogo político. Algo que se exigía de los sectores opositores luego de los comicios legislativos. Las reuniones las llevó a cabo el ministro del Interior, Florencio Randazzo. El único tema que se debatió a fondo fue la reforma política, aprobada tiempo después por el Congreso, con el recelo de la centro izquierda. Los dirigentes de la oposición quisieron poner sobre la mesa otros temas, pero no lograron que se debata ninguno. La apertura al diálogo terminó en una sola reunión, partido por partido.

El Bicentenario fue una fiesta inolvidable, donde todo el país se unió con el fin de celebrar los 200 años de la patria. Pero hay que mirar un poco hacia atrás y ver cómo mucho de lo que se prometió desde el poder político, sólo quedó en eso, en promesas.
Ignacio Moras, Andrés Petruccelli y Juan Ignacio Viñuela