lunes, 5 de julio de 2010

El Eternauta: la cuenta pendiente del cine argentino



El sueño de los fanáticos de la historieta El Eternauta de Héctor Germán Oesterheld, es ver las viñetas en el celuloide. A lo largo de los años, muchos directores, entre ellos Fernando Pino Solanas y Adolfo Aristaráin, coquetearon con la idea e incluso el proyecto fue propuesto a productoras estadounidenses. En 2008, se anunciaba que Lucrecia Martel, directora de La ciénaga, La niña Santa y La mujer sin cabeza, sería la encargada de llevar a la pantalla grande a la más celebre historieta argentina. Sin embargo, esta realizadora aclamada por la crítica, pero sin experiencia en el género fantástico, abandonó el proyecto por diferencias con la familia del autor.

En la historieta, Juan Salvo, un viajante por el tiempo y condenado a vagar por la eternidad, se le presenta al mismísimo Oesterheld para contarle sobre una nevada mortal de color fosforescente que caía sobre Buenos Aires como primera señal de una invasión extraterrestre. Salvo le cuenta a Héctor sobre como él, su esposa Elena, su hija Martita y sus amigos Polsky, Favalli y Lucas, veían la nevada desde su casa en Vicente López, mientras juegan al truco y al darse cuenta de su peligro diseñaron unos trajes de buzo que impiden que la nevada acabe con ellos.

No sólo el principio tiene referencias al suelo argentino, sino que a lo largo del relato aparecen, por ejemplo: la Avenida General Paz como sede del primer combate entre humanos y alienígenas, el Estadio Monumental como sede de la resistencia terrícola o la glorieta de Barrancas Belgrano desde donde el Mano, líder de las fuerzas invasoras, controla a sus subordinados.

Actualmente, Gustavo Mosquera, director de Lo que vendrá y Moebius, está haciendo una película sobre Héctor Germán Oesterheld quien junto a sus cuatro hijas fue victima del terrorismo de Estado en Argentina. La película contará su vida y la mezclará con partes de su obra maestra, El eternauta, al mejor estilo de Descubriendo el país del nunca jamás sobre el autor de Peter Pan, J.M Barrie.



Con el paso del tiempo, la historieta fue vista como una reflexión sobre el avance del imperio estadounidense en América del Sur. Entonces, apesar de ser una gran obra de ciencia ficción y que debería contar con un gran presupuesto: ¿qué sentido tendría que la hagan los yanquis?

domingo, 4 de julio de 2010

La selección argentina afuera del mundial: Una vez más y van…



Una imagen que ya suena por desgracia casi familiar. Los jugadores tirados en medio del campo de juego de un estadio colmado. Algunos lloran y otros se consuelan entre sí. Otra vez la selección argentina de fútbol queda fuera del mundial como viene sucediendo desde aquel recordado campeonato de 1986, con Diego Maradona-ahora a cargo del plantel- como figura excluyente del plantel. ¿Qué es lo que falla? ¿Por qué siempre faltan cinco para el peso? Seguramente se podrán llegar a cientas de conclusiones y se tendrán opiniones de las más variadas.
Sin embargo, más allá del juego, que nunca fue encontrado por un entrenador que no logró encontrar el funcionamiento del equipo, no se podrá negar que esta selección emocionó y plagó de emoción el corazón del pueblo argentino como hace tiempo no ocurría. Con Maradona como líder de un equipo con gran peso ofensivo, al que le faltó equilibrio en el medio y seguridad en la defensa, se volvió a crear esa mística que identificó al selecionado a lo largo de su historia. Se transmitió un mensaje de identificación con la gente, que apoyó al equipo más allá de los resultados. Esto queda en evidencia con el acercamiento de miles de hinchas a aeroparque para esperar a un seleccionado que se ubico en quinta posición- poca exitosa para el plantel con el que cuenta el equipo-.


Quedará lugar para una profunda reflexión y reestructuración de las ideas y conceptos que se vienen teniendo respecto a la organización del equipo. Quedará también lugar para las críticas y reclamos de los que saben, y de los que no saben tanto, de no haber incluido a jugadores como Zanetti o Cambiasso que podrían haber brindado mayor seguridad y equilibrio en el lugar donde la selección se mostró más desprotegida. Quedará también lugar para comenzar a armar un equipo y no una suma de individualidades. Quedarán cuatro años para volver a cosechar una ilusión y un sueño que se vuelva realidad y logre opacar aquellas imágenes que le suelen ser tan familiares a los seguidores del equipo.